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Grande #3 #3 tragapanes dijo: #1 @soymimejoramiga
Si supieras el cimiento del movimiento Querer, los de la Q, (la pedo) dejarías de defender esa basura apoyada por políticos corruptos pagados por quienes quieren superar el capitalismo con más intervención estatal.
Grande @tete por tener la valentía de señalar este atropello a los más débiles cuando socialmente aún no está aceptada esa postura, pero pronto la mayoría considerará basura a los que apoyaron esta destrucción de la familia tradicional.
Cómo si ser mujer u hombre fuera una cuestión mental y no una totalidad desde la concepción. Cómo si elegir un bando u otro fuera reversible.@tragapanes de verdad. Porque en esta época ya no basta con ser padre, criar con amor y responsabilidad... ahora hay que tener el visto bueno del colectivo. Gente sin hijos, sin experiencia en crianza, pero con doctorado en ideología, queriéndonos explicar cómo debemos educar a los nuestros.
Y claro, si un niño, por influencia (porque seamos honestos, en muchos casos es eso, no convicción), repite que no se identifica con su sexo biológico, entonces no podemos ni hablarlo, ni guiarlo, ni aconsejarlo. No. Nos toca quedarnos callados y “gestionar su transición”, como dicen por ahí con esa dulzura autoritaria tan típica: “Si tu hijx dice que no está de acuerdo con el género que se le asignó al nacer y quiere hacer su transición, te callas y gestionas su transición”.
O sea, libertad es que el niño decida y los padres obedezcan. Eso sí, si luego hay consecuencias, nadie del colectivo responde. Porque ellos no crían, solo opinan... y exigen.
Gracias por señalar lo obvio, aunque hoy parezca revolucionario: que un menor no está en condiciones de tomar decisiones irreversibles sobre su cuerpo. Ni ahora, ni nunca lo ha estado.
#6 #6 scriptthetroll dijo: Mi mejor amigo se sabe hombre desde los 12 años (probablemente antes), su familia facha le dijo toda la vida "No, tú te llamas María", "Te equivocas". Total, ahora pasa de toda su familia, a los 18 se hizo el cambio por su cuenta, vive con su novia, es un chaval de 10, forma parte de la comunidad, es todo un manitas, yo viví a su lado todos esos años de odio, sufrimiento, rechazo... Es cierto, hay que esperar legalmente a que la persona tenga la mayoría de edad, esto nos evitará confusiones juveniles. Tras ello el proceso pasa por manos de psicólogos y psiquiatras que deciden si aprobar el cambio, seguido de un esfuerzo personal para cumplir ciertos parámetros OBLIGATORIOS, véase, llevar tantos meses sin beber, fumar, no estar en sobrepeso, etc, tras ello pasamos a la larga etapa de hormonamiento y finalmente tras años dentro del proceso llega la operación, de este modo en todo este proceso te da tiempo a madurar y experimentar tu decisión, alguien que "se esté equivocando" se dará cuenta antes de cambiar de sexo, en resumen no te cortan la polla de un día para el otro, con todo concluimos, la opresión y el rechazo sistemático de los pensamientos e ideas del menor son la cosa más horrible que puede hacer un adulto, guiar, aceptar y ayudar a nuestros pequeños a llegar a la decisión correcta es nuestra labor como adultos, por favor detengan el odio a las personas trans🙏💔no se puede odiar a las personas trans, porque no existen. Por mucha cirugía que quieran hacer no añaden testículos ni matriz. Los órganos sexuales no cambian por lo que el sexo tampoco.
Las personas como tu amiga necesitan apoyo y aceptación social estoy de acuerdo, pero la solución no viene de ninguna operación. Deben aceptar su cuerpo para que lo hagamos los demás.
#5 #5 josius dijo: #4 pues le dices para empezar que el género no se asigna, todos los seres humanos tenemos el mismo que es homo. Y si no te cree que consulte cualquier libro de biología básica. Y sobre el sexo nadie te asigna uno al nacer, el médico obserba tus organos sexuales y dependiendo de lo observado eres hombre o mujer tal como dicta la naturaleza humana.@josius En realidad, cuando hablo de “género asignado al nacer”, uso el lenguaje que muchas corrientes actuales promueven para referirse a esa diferencia entre sexo biológico y percepción de identidad. Justamente mi crítica va hacia esa idea: que esa percepción, aún no consolidada en un niño, sea suficiente para tomar decisiones médicas irreversibles.
Coincido contigo en que el sexo se observa, no se asigna, y que esa observación corresponde a una realidad biológica. Pero el problema no está en la terminología, sino en que se use esa confusión conceptual para justificar intervenciones tempranas. Yo defiendo que a los niños se les acompañe, se les guíe, pero no se les deje solos con decisiones que, incluso para un adulto, son difíciles de asumir plenamente.
@josius
@scriptthetroll
@soymimejoramiga
@josius
#1 #1 soymimejoramiga dijo: Hay una pregunta válida que surge de todo esto: ¿por qué se les quiere otorgar a los niños la capacidad de decidir sobre temas tan complejos y delicados como su identidad de género, cuando no se les permite tomar decisiones muchísimo más simples? Un menor no puede votar, no puede casarse legalmente, no puede firmar contratos, ni siquiera obtener una tarjeta de crédito. Esto es así no porque se le nieguen derechos, sino porque el desarrollo cognitivo y emocional de un niño aún no está completo. La sociedad lo protege precisamente por su vulnerabilidad.
Sin embargo, hay activistas que pretenden que un menor sí está en capacidad de decidir algo tan irreversible como someterse a tratamientos hormonales o quirúrgicos. Muchos de estos activistas no son padres, y quizás nunca lo serán, pero creen tener autoridad moral sobre quienes sí criamos y protegemos a nuestros hijos con amor y sentido común.
Esto no es un rechazo a la comunidad LGBTQ+ ni a la búsqueda de igualdad. Es una crítica a una minoría ideologizada que mezcla política y soberbia con conceptos como inclusión, desdibujando los límites entre protección y adoctrinamiento. No representan a las mujeres ni a la comunidad LGBTQ+ en su conjunto. Solo representan una agenda que ha perdido el equilibrio entre el respeto a la diversidad y el sentido común.#2 #2 usecloned dijo: #1 @soymimejoramiga
Totalmente de acuerdo contigo. Lo más grave de todo esto es que se está perdiendo el criterio básico de protección a la infancia. Estamos viendo cómo algunos adultos proyectan sus ideologías en niños que apenas están aprendiendo a hablar, como si cualquier gesto o palabra fuera una declaración de identidad.
Los niños necesitan tiempo, guía, y sobre todo, estabilidad emocional. No se puede romantizar la idea de que un menor puede tomar decisiones tan complejas como iniciar un cambio de sexo, cuando legalmente ni siquiera puede decidir sobre su propia educación sin el consentimiento de sus padres.
Esto no es ir en contra de la diversidad ni del respeto por otras formas de vivir. Es simplemente sentido común. La niñez no debería ser un terreno para experimentos ideológicos. La inclusión no puede construirse sobre la negación del desarrollo natural de un ser humano.#3 #3 tragapanes dijo: #1 @soymimejoramiga
Si supieras el cimiento del movimiento Querer, los de la Q, (la pedo) dejarías de defender esa basura apoyada por políticos corruptos pagados por quienes quieren superar el capitalismo con más intervención estatal.
Grande @tete por tener la valentía de señalar este atropello a los más débiles cuando socialmente aún no está aceptada esa postura, pero pronto la mayoría considerará basura a los que apoyaron esta destrucción de la familia tradicional.
Cómo si ser mujer u hombre fuera una cuestión mental y no una totalidad desde la concepción. Cómo si elegir un bando u otro fuera reversible.#4 #4 soymimejoramiga dijo: Grande #3 @tragapanes de verdad. Porque en esta época ya no basta con ser padre, criar con amor y responsabilidad... ahora hay que tener el visto bueno del colectivo. Gente sin hijos, sin experiencia en crianza, pero con doctorado en ideología, queriéndonos explicar cómo debemos educar a los nuestros.
Y claro, si un niño, por influencia (porque seamos honestos, en muchos casos es eso, no convicción), repite que no se identifica con su sexo biológico, entonces no podemos ni hablarlo, ni guiarlo, ni aconsejarlo. No. Nos toca quedarnos callados y “gestionar su transición”, como dicen por ahí con esa dulzura autoritaria tan típica: “Si tu hijx dice que no está de acuerdo con el género que se le asignó al nacer y quiere hacer su transición, te callas y gestionas su transición”.
O sea, libertad es que el niño decida y los padres obedezcan. Eso sí, si luego hay consecuencias, nadie del colectivo responde. Porque ellos no crían, solo opinan... y exigen.
Gracias por señalar lo obvio, aunque hoy parezca revolucionario: que un menor no está en condiciones de tomar decisiones irreversibles sobre su cuerpo. Ni ahora, ni nunca lo ha estado.#5 #5 josius dijo: #4 pues le dices para empezar que el género no se asigna, todos los seres humanos tenemos el mismo que es homo. Y si no te cree que consulte cualquier libro de biología básica. Y sobre el sexo nadie te asigna uno al nacer, el médico obserba tus organos sexuales y dependiendo de lo observado eres hombre o mujer tal como dicta la naturaleza humana.#6 #6 scriptthetroll dijo: Mi mejor amigo se sabe hombre desde los 12 años (probablemente antes), su familia facha le dijo toda la vida "No, tú te llamas María", "Te equivocas". Total, ahora pasa de toda su familia, a los 18 se hizo el cambio por su cuenta, vive con su novia, es un chaval de 10, forma parte de la comunidad, es todo un manitas, yo viví a su lado todos esos años de odio, sufrimiento, rechazo... Es cierto, hay que esperar legalmente a que la persona tenga la mayoría de edad, esto nos evitará confusiones juveniles. Tras ello el proceso pasa por manos de psicólogos y psiquiatras que deciden si aprobar el cambio, seguido de un esfuerzo personal para cumplir ciertos parámetros OBLIGATORIOS, véase, llevar tantos meses sin beber, fumar, no estar en sobrepeso, etc, tras ello pasamos a la larga etapa de hormonamiento y finalmente tras años dentro del proceso llega la operación, de este modo en todo este proceso te da tiempo a madurar y experimentar tu decisión, alguien que "se esté equivocando" se dará cuenta antes de cambiar de sexo, en resumen no te cortan la polla de un día para el otro, con todo concluimos, la opresión y el rechazo sistemático de los pensamientos e ideas del menor son la cosa más horrible que puede hacer un adulto, guiar, aceptar y ayudar a nuestros pequeños a llegar a la decisión correcta es nuestra labor como adultos, por favor detengan el odio a las personas trans🙏💔#7 #7 josius dijo: #6 no se puede odiar a las personas trans, porque no existen. Por mucha cirugía que quieran hacer no añaden testículos ni matriz. Los órganos sexuales no cambian por lo que el sexo tampoco.
Las personas como tu amiga necesitan apoyo y aceptación social estoy de acuerdo, pero la solución no viene de ninguna operación. Deben aceptar su cuerpo para que lo hagamos los demás.#8 #8 soymimejoramiga dijo: #5 @josius En realidad, cuando hablo de “género asignado al nacer”, uso el lenguaje que muchas corrientes actuales promueven para referirse a esa diferencia entre sexo biológico y percepción de identidad. Justamente mi crítica va hacia esa idea: que esa percepción, aún no consolidada en un niño, sea suficiente para tomar decisiones médicas irreversibles.
Coincido contigo en que el sexo se observa, no se asigna, y que esa observación corresponde a una realidad biológica. Pero el problema no está en la terminología, sino en que se use esa confusión conceptual para justificar intervenciones tempranas. Yo defiendo que a los niños se les acompañe, se les guíe, pero no se les deje solos con decisiones que, incluso para un adulto, son difíciles de asumir plenamente.#9 #9 soymimejoramiga dijo: @josius
@scriptthetroll
@soymimejoramiga
@josius
#1 #2 #3 #4 #5 #6 #7 #8 #9
Entiendo tu punto, pero mi postura sigue siendo firme: un niño no tiene las facultades legales, físicas ni cognitivas para tomar decisiones tan trascendentales como someterse a una transición hormonal o quirúrgica. Los adultos, y especialmente los padres, tienen la responsabilidad de guiar, proteger y tomar decisiones fundamentadas por el bien de sus hijos, no dejar que presiones externas o ideologías impongan una agenda que, más que inclusión, está siendo politizada para generar poder y riquezas.
Lo más preocupante hoy en día es que personas sin experiencia en crianza, que han decidido no tener hijos propios ni adoptivos, se arrogan el derecho de decidir lo que es mejor para los demás en nombre de una ideología que ni siquiera reconoce la importancia del desarrollo madurativo y emocional de los niños. Más allá de la aceptación y la inclusión genuina, hoy se exige que aceptemos, por obligación, las decisiones de un grupo ideológico que diluye las nociones fundamentales de género, e incluso intenta invalidar los diagnósticos psicológicos tradicionales con términos como “masculinidad frágil”. Se han vuelto impositivos, exigiendo que toda la sociedad acepte un conjunto de pronombres inventados o que, simplemente, no puede rechazar la idea de que una persona heterosexual no quiera involucrarse sentimentalmente con alguien que se identifica como trans o homosexual.
Mi opinión sigue siendo la misma: las decisiones irreversibles sobre el cuerpo, como una transición, deben tomarse cuando una persona esté realmente madura para comprender todas las implicaciones. Los niños, por mucho que se les quiera convencer, no están en esa capacidad. Es nuestra labor como padres velar por su bienestar y no ceder ante agendas que, más que inclusión, parecen tener un fin más político y económico.
Entiendo tu punto, pero mi postura sigue siendo firme: un niño no tiene las facultades legales, físicas ni cognitivas para tomar decisiones tan trascendentales como someterse a una transición hormonal o quirúrgica. Los adultos, y especialmente los padres, tienen la responsabilidad de guiar, proteger y tomar decisiones fundamentadas por el bien de sus hijos, no dejar que presiones externas o ideologías impongan una agenda que, más que inclusión, está siendo politizada para generar poder y riquezas.
Lo más preocupante hoy en día es que personas sin experiencia en crianza, que han decidido no tener hijos propios ni adoptivos, se arrogan el derecho de decidir lo que es mejor para los demás en nombre de una ideología que ni siquiera reconoce la importancia del desarrollo madurativo y emocional de los niños. Más allá de la aceptación y la inclusión genuina, hoy se exige que aceptemos, por obligación, las decisiones de un grupo ideológico que diluye las nociones fundamentales de género, e incluso intenta invalidar los diagnósticos psicológicos tradicionales con términos como “masculinidad frágil”. Se han vuelto impositivos, exigiendo que toda la sociedad acepte un conjunto de pronombres inventados o que, simplemente, no puede rechazar la idea de que una persona heterosexual no quiera involucrarse sentimentalmente con alguien que se identifica como trans o homosexual.
Mi opinión sigue siendo la misma: las decisiones irreversibles sobre el cuerpo, como una transición, deben tomarse cuando una persona esté realmente madura para comprender todas las implicaciones. Los niños, por mucho que se les quiera convencer, no están en esa capacidad. Es nuestra labor como padres velar por su bienestar y no ceder ante agendas que, más que inclusión, parecen tener un fin más político y económico.
#1 #1 soymimejoramiga dijo: Hay una pregunta válida que surge de todo esto: ¿por qué se les quiere otorgar a los niños la capacidad de decidir sobre temas tan complejos y delicados como su identidad de género, cuando no se les permite tomar decisiones muchísimo más simples? Un menor no puede votar, no puede casarse legalmente, no puede firmar contratos, ni siquiera obtener una tarjeta de crédito. Esto es así no porque se le nieguen derechos, sino porque el desarrollo cognitivo y emocional de un niño aún no está completo. La sociedad lo protege precisamente por su vulnerabilidad.
Sin embargo, hay activistas que pretenden que un menor sí está en capacidad de decidir algo tan irreversible como someterse a tratamientos hormonales o quirúrgicos. Muchos de estos activistas no son padres, y quizás nunca lo serán, pero creen tener autoridad moral sobre quienes sí criamos y protegemos a nuestros hijos con amor y sentido común.
Esto no es un rechazo a la comunidad LGBTQ+ ni a la búsqueda de igualdad. Es una crítica a una minoría ideologizada que mezcla política y soberbia con conceptos como inclusión, desdibujando los límites entre protección y adoctrinamiento. No representan a las mujeres ni a la comunidad LGBTQ+ en su conjunto. Solo representan una agenda que ha perdido el equilibrio entre el respeto a la diversidad y el sentido común.@soymimejoramiga
Totalmente de acuerdo contigo. Lo más grave de todo esto es que se está perdiendo el criterio básico de protección a la infancia. Estamos viendo cómo algunos adultos proyectan sus ideologías en niños que apenas están aprendiendo a hablar, como si cualquier gesto o palabra fuera una declaración de identidad.
Los niños necesitan tiempo, guía, y sobre todo, estabilidad emocional. No se puede romantizar la idea de que un menor puede tomar decisiones tan complejas como iniciar un cambio de sexo, cuando legalmente ni siquiera puede decidir sobre su propia educación sin el consentimiento de sus padres.
Esto no es ir en contra de la diversidad ni del respeto por otras formas de vivir. Es simplemente sentido común. La niñez no debería ser un terreno para experimentos ideológicos. La inclusión no puede construirse sobre la negación del desarrollo natural de un ser humano.
#1 #1 soymimejoramiga dijo: Hay una pregunta válida que surge de todo esto: ¿por qué se les quiere otorgar a los niños la capacidad de decidir sobre temas tan complejos y delicados como su identidad de género, cuando no se les permite tomar decisiones muchísimo más simples? Un menor no puede votar, no puede casarse legalmente, no puede firmar contratos, ni siquiera obtener una tarjeta de crédito. Esto es así no porque se le nieguen derechos, sino porque el desarrollo cognitivo y emocional de un niño aún no está completo. La sociedad lo protege precisamente por su vulnerabilidad.
Sin embargo, hay activistas que pretenden que un menor sí está en capacidad de decidir algo tan irreversible como someterse a tratamientos hormonales o quirúrgicos. Muchos de estos activistas no son padres, y quizás nunca lo serán, pero creen tener autoridad moral sobre quienes sí criamos y protegemos a nuestros hijos con amor y sentido común.
Esto no es un rechazo a la comunidad LGBTQ+ ni a la búsqueda de igualdad. Es una crítica a una minoría ideologizada que mezcla política y soberbia con conceptos como inclusión, desdibujando los límites entre protección y adoctrinamiento. No representan a las mujeres ni a la comunidad LGBTQ+ en su conjunto. Solo representan una agenda que ha perdido el equilibrio entre el respeto a la diversidad y el sentido común.@soymimejoramiga
Si supieras el cimiento del movimiento Querer, los de la Q, (la pedo) dejarías de defender esa basura apoyada por políticos corruptos pagados por quienes quieren superar el capitalismo con más intervención estatal.
Grande @tete por tener la valentía de señalar este atropello a los más débiles cuando socialmente aún no está aceptada esa postura, pero pronto la mayoría considerará basura a los que apoyaron esta destrucción de la familia tradicional.
Cómo si ser mujer u hombre fuera una cuestión mental y no una totalidad desde la concepción. Cómo si elegir un bando u otro fuera reversible.
#4 #4 soymimejoramiga dijo: Grande #3 @tragapanes de verdad. Porque en esta época ya no basta con ser padre, criar con amor y responsabilidad... ahora hay que tener el visto bueno del colectivo. Gente sin hijos, sin experiencia en crianza, pero con doctorado en ideología, queriéndonos explicar cómo debemos educar a los nuestros.
Y claro, si un niño, por influencia (porque seamos honestos, en muchos casos es eso, no convicción), repite que no se identifica con su sexo biológico, entonces no podemos ni hablarlo, ni guiarlo, ni aconsejarlo. No. Nos toca quedarnos callados y “gestionar su transición”, como dicen por ahí con esa dulzura autoritaria tan típica: “Si tu hijx dice que no está de acuerdo con el género que se le asignó al nacer y quiere hacer su transición, te callas y gestionas su transición”.
O sea, libertad es que el niño decida y los padres obedezcan. Eso sí, si luego hay consecuencias, nadie del colectivo responde. Porque ellos no crían, solo opinan... y exigen.
Gracias por señalar lo obvio, aunque hoy parezca revolucionario: que un menor no está en condiciones de tomar decisiones irreversibles sobre su cuerpo. Ni ahora, ni nunca lo ha estado.pues le dices para empezar que el género no se asigna, todos los seres humanos tenemos el mismo que es homo. Y si no te cree que consulte cualquier libro de biología básica. Y sobre el sexo nadie te asigna uno al nacer, el médico obserba tus organos sexuales y dependiendo de lo observado eres hombre o mujer tal como dicta la naturaleza humana.
Mi mejor amigo se sabe hombre desde los 12 años (probablemente antes), su familia facha le dijo toda la vida "No, tú te llamas María", "Te equivocas". Total, ahora pasa de toda su familia, a los 18 se hizo el cambio por su cuenta, vive con su novia, es un chaval de 10, forma parte de la comunidad, es todo un manitas, yo viví a su lado todos esos años de odio, sufrimiento, rechazo... Es cierto, hay que esperar legalmente a que la persona tenga la mayoría de edad, esto nos evitará confusiones juveniles. Tras ello el proceso pasa por manos de psicólogos y psiquiatras que deciden si aprobar el cambio, seguido de un esfuerzo personal para cumplir ciertos parámetros OBLIGATORIOS, véase, llevar tantos meses sin beber, fumar, no estar en sobrepeso, etc, tras ello pasamos a la larga etapa de hormonamiento y finalmente tras años dentro del proceso llega la operación, de este modo en todo este proceso te da tiempo a madurar y experimentar tu decisión, alguien que "se esté equivocando" se dará cuenta antes de cambiar de sexo, en resumen no te cortan la polla de un día para el otro, con todo concluimos, la opresión y el rechazo sistemático de los pensamientos e ideas del menor son la cosa más horrible que puede hacer un adulto, guiar, aceptar y ayudar a nuestros pequeños a llegar a la decisión correcta es nuestra labor como adultos, por favor detengan el odio a las personas trans🙏💔
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7 may 2025, 15:52
Hay una pregunta válida que surge de todo esto: ¿por qué se les quiere otorgar a los niños la capacidad de decidir sobre temas tan complejos y delicados como su identidad de género, cuando no se les permite tomar decisiones muchísimo más simples? Un menor no puede votar, no puede casarse legalmente, no puede firmar contratos, ni siquiera obtener una tarjeta de crédito. Esto es así no porque se le nieguen derechos, sino porque el desarrollo cognitivo y emocional de un niño aún no está completo. La sociedad lo protege precisamente por su vulnerabilidad.
Sin embargo, hay activistas que pretenden que un menor sí está en capacidad de decidir algo tan irreversible como someterse a tratamientos hormonales o quirúrgicos. Muchos de estos activistas no son padres, y quizás nunca lo serán, pero creen tener autoridad moral sobre quienes sí criamos y protegemos a nuestros hijos con amor y sentido común.
Esto no es un rechazo a la comunidad LGBTQ+ ni a la búsqueda de igualdad. Es una crítica a una minoría ideologizada que mezcla política y soberbia con conceptos como inclusión, desdibujando los límites entre protección y adoctrinamiento. No representan a las mujeres ni a la comunidad LGBTQ+ en su conjunto. Solo representan una agenda que ha perdido el equilibrio entre el respeto a la diversidad y el sentido común.